miércoles, 14 de marzo de 2012

Caso Urdangarín...................

El juez no se cree la versión de un Urdangarín con pie y medio en el banquillo

EL MAGISTRADO SOSTIENE QUE EL DUQUE DE PALMA ESTUVO DETRÁS DE TODO EL ENTRAMADO SOCIETARIO Y LE CONSIDERA EL 'RECTOR' DEL INSTITUTO NÓOS

Iñaki Urdangarín se sentó delante del juez con la lección bien aprendida. Su estrategia exculpatoria fue clara: desvincularse de la toma de decisiones en el Instituto Nóos, cargar todas las culpas a su ex socio Diego Torres y contestar con evasivas a los temas más comprometidos. Tras sus explicaciones, podría dar la sensación de que el duque de Palma había tomado aire, pero la realidad es bien diferente: el juez José Castro no se cree su versión, lo que deja al yerno del Rey al borde del banquillo.
Según publica a toda portada este miércoles el diario ‘El Mundo’, el titular del juzgado número 3 de Palma rechaza en un auto la tesis de Urdangarín, afirmando que estaba en la gestión presuntamente delictiva de Nóos “al mismo nivel que Diego Torres” y que “siempre estuvo detrás de todo el entramado societario”. Además, califica el rol que desempeñaba en el instituto “sin ánimo de lucro” como de “rector”.
De este modo, el juez José Castro indica que “no acaba de convencer el argumento de que las funciones” del Duque “sólo lo eran en materia estrictamente deportiva y sin conexión con la gerencia”. Sus argumentos se basan en que existen sobrados indicios de que Urdangarín desempeñó con posterioridad a ese 20 de marzo de 2006 -el día en el que el marido de la infanta Cristina se desvinculó oficialmente de Nóos- el cargo de presidente del Consejo Asesor de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social de la que era director general Diego Torres”.
Por otra parte, en el escrito, el magistrado no considera pertinente tomar declaración, ni siquiera como testigo, al abogado de la Casa del Rey, José Manuel Romero Moreno, conde de Fontao, el encargado de instar a Urdangarín, tal y como reconoció a dejar sus irregulares negocios en Nóos. Asimismo, tampoco llamará a declarar a Carlos García Revenga, el secretario personal de las Infantas, que fue durante esos años el tesorero del Instituto. Las razones son las mismas que ya esgrimió en su día para no imputar a la infanta Cristina, y que se centraban en evitar su “estigmatización”.

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