Jaume Matas, condenado a seis años de cárcel
LA AUDIENCIA PROVINCIAL DE PALMA LE IMPONE CINCO AÑOS, TRES MESES Y UN DÍA POR PREVARICACIÓN, FRAUDE Y FALSEDAD DOCUMENTAL, Y NUEVE MESES MÁS POR TRÁFICO DE INFLUENCIAS
El tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma ha condenado al ex presidente balear Jaume Matas a seis años de cárcel por un delito de fraude a la administración; un delito de falsedad documental; un delito de prevaricación en concurso con un delito de malversación y un delito de tráfico de influencias agravado. La Fiscalía Anticorrupción pedirá el ingreso en prisión del ex presidente para evitar que, con una eventual fuga de España, pudiera librarse de la acción judicial.
Esta sentencia es la primera de los juicios del denominado 'caso Palma Arena’, que juzga a Matas por beneficiar de forma fraudulenta al periodista Antonio Alemany para que este “realizar una campaña para ensalzar su actividad política”. Alemany también era el encargado de escribir los discursos a Matas. La Audiencia también ha condenado a Antonio Alemany a tres años de cárcel por delitos de prevaricación, falsedad documental oficial y falsedad documental mercantil.
Matas, que está imputado igualmente en otras causas del ‘Palma Arena’, entre ellas el llamado ‘caso Nóos’, que afecta a Iñaki Urdangarín, fue presidente del Gobierno balear entre los años 1996 y 1999 y 2003 y 2007. Fue ministro de Medio Ambiente en el segundo Gobierno de José María Aznar.
Durante el juicio, los fiscales Anticorrupción mantuvieron la petición de ocho años y medio de cárcel para Matas por los beneficios concedidos a Alemany. Asimismo, pidieron siete años y tres meses de cárcel para el periodista. Sin embargo, rebajaron las penas para los acusados María Umbert, ex jefa del Gabinete de Matas, y Miguel Romero, dueño de una agencia de comunicación que encubrió los pagos. También mantuvieron la petición de dos años para el ex director de Comunicación del Ejecutivo balear, Joan Martorell. En su escrito de conclusiones, los fiscales expusieron su acusación sobre las tres vertientes de esta pieza del ‘Palma Arena’: la “contratación encubierta” de Alemany por parte del Gobierno balear; un contrato de 11.500 euros pagado como “propina” al periodista, y la concesión de una subvención de 450.000 euros a una de sus propinas. Respecto a los discursos, los fiscales afirmaron que Matas y Alemany decidieron “apartarse de los cauces legales y retribuir a Alemany de manera oculta pues, al tiempo que le financiaban, posibilitaban el que éste realizara una campaña (aparentemente externa) para ensalzar la actividad política de Matas, se evitaban enfrentamientos con otros medios informativos y, también, se permitía que Alemany obtuviera fondos públicos por otras vías”.
La otra razón para realizar la contratación era que “Alemany pretendía contratar con la administración autonómica y percibir subvenciones”, lo que no habría sucedido de haberse hecho “un contrato transparente”. Según los fiscales, Matas “decidió que se convocara un concurso público, pero que éste fuera dirigido o amañado de tal modo que se garantizase qué empresa lo ganaría”. Dicho concurso fue el que posibilitó que Alemany recibiera 4.500 euros al mes.
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