Dentro de tres meses, aunque desde hace tres ya se venden los décimos se cumplirán dos siglos de este sorteo que se estableció como la popularísima Lotería de Navidad, el sorteo más frecuentado del año por los jugadores, y que tiene su fecha de consolación con otro sorteo, el 5 de enero, conocido como el 'del Niño', por celebrarse la víspera de los Reyes Magos.
La lotería había arrancado en el siglo anterior, en el XVIII. Fue el Marqués de Esquilache quien, traído a España por el rey Carlos III, implantó este juego con carácter benéfico para ayudar a hospitales y a otras obras caritativas. Impulsó muchas reformas sociales, creó las hermandades de viudas y huérfanos y el juego que implantó, traído de Roma él era natural de Messina, lo estableció también con fines benéficos.
Pero este político italiano, que trató de efectuar reformas muy importantes en su nueva nación, sufrió un serio motín popular contra las normas que pretendía imponer, entre ellas, rebajar la longitud de las capas y el tamaño de los sombreros, para evitar que los ciudadanos pudieran esconder armas y ocultar su rostro cuando iban a ser identificados, para así reprimir la delincuencia, sobre todo nocturna. Todo ello le motivó a salir del país y, dado el apoyo que recibía del monarca, aún se mantuvo como embajador español en tierras italianas.
La lotería, con Esquilache, no llegó a tener la raigambre popular posterior y menos aún el que impera en nuestros días. Se estableció formalmente en el siguiente siglo, ya en el XIX, justamente en el año 1812 y a raíz de la Constitución de Cádiz, la conocida como La Pepa por haber sido proclamada el día de San José.
La que quedó como Lotería de Navidad se estableció en diciembre de ese año, y el primer sorteo tuvo lugar en la propia capital gaditana; pero todavía no en el día 22, como en la actualidad; arrancó el 18 de diciembre, ochenta años después pasó al 23 del mismo mes y, finalmente, al 22, que es como la conocemos actualmente y todavía, siendo la más importante del año, cuando oímos a los niños de San Ildefonso cantar números y premios.
Lo que inicialmente lanzara el marqués que había motivado el famoso y popular motín se convirtió en un sorteo a lo largo de todo el año, pero que el establecido hace dos siglos, el navideño, es el que atrae mayor número de compradores jugadores y que tiene su consolación catorce días después con el sorteo del Niño, el día 5 de enero siguiente, y que recibe ese nombre porque es la fecha en que los chavales, antes de acostarse, colocan los zapatos y algún recuerdo para los Magos y sus pajes, en espera de los regalos que anteriormente pidieron ilusionados. Es costumbre, después de conocer la lista de la Lotería y verse despagado, decir que es el día de la Virgen de la Salud, porque todos dicen eso de "¡Salud que tengamos!"
Se cumplen, pues, este año, los dos siglos de la famosa y popular Lotería de Navidad; y si al recuerdo de La Pepa en esta conmemoración se ha dedicado numerosos elogios y actos evocadores, algo se debería hacer también para que, al comprar un décimo, lo hagamos con la misma ilusión con que en 1812 lo hicieron con 40 reales el billete, esperando recoger los 8.000 pesos que correspondieron al primer premio, fue el número 03604 en la edición de hace dos siglos, frente a los 400,000 euros que ahora tocan a cada décimo.
¡Lo que ha cambiado la moneda en doscientos años! ¡Y lo que ha cambiado la Lotería! Hasta la valenciana Conchita Piquer la cantó con su famosa "Mañana sale ", de Antonio Quintero, Rafael de León y música del maestro Quiroga. En su letra se refería incluso a la administración más popular de España: "Es de doña Manolita... "
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